sábado, 18 de diciembre de 2010

Don Vicente Moreno



Seguramente, cuando empezó a jugar al fútbol siendo un chaval allá en su Masanasa natal, Vicente Moreno soñaba con llegar a ser algún día futbolista profesional, llegar a jugar en Primera y si podía ser con el Valencia, mejor que mejor. En esa época, seguramente conocería bien poco del Xerez y de Jerez y quizás incluso no supiera situar con exactitud en un mapa esa ciudad andaluza más conocida entonces por su vino que por el fútbol.

Pasaron los años y Moreno se hizo futbolista. Jugó en el Valencia Mestalla, el filial del equipo ché, y en el Ontinyent antes de llegar a Andalucía para recalar en el Guadix. Ya por entonces conocía al Xerez, ese equipo que estaba intentando pegar el salto a la Segunda División de la mano de un tal Luis Oliver. El club azulino también había echado el ojo al espigado centrocampista valenciano y acabó recalando en Jerez. De eso hace ya diez años.

Moreno lo ha vivido todo en el Xerez. Ha jugado en Segunda B, Segunda y Primera, ha vivido buenos, muy buenos momentos, como los ascensos, primero a Segunda y luego a Primera, pero también otros no tan buenos, como un descenso a Segunda después de una histórica temporada en la élite y, sobre todo, los problemas extradeportivos, casi siempre de índole económicos por los que ha pasado el club.

Ante el Girona, Moreno cumplió 400 partidos con el Xerez. Nadie ha jugado tantos con la camiseta azulina -a Ravelo lo superó hace ya tiempo- y, seguramente, y tal y como está conformado el fútbol actual, será difícil que alguien llegue en el futuro a superar sus números.

Algunos a principios de verano lo veían jubilado, como Viqueira, asumiendo algún cargo en la cantera, pero Moreno se veía con ganas. Los años no pasan en balde, y ya ha tenido que retrasar su posición hasta reconvertirse en defensa, pero ahí sigue el bueno de Moreno, don Vicente Moreno el eterno. Si no llega a ser por él y por sus dos goles, el viernes no se habrían conseguido los tres puntos. Fue el mejor regalo que se pudo llevar para conmemorar su histórica efeméride futbolística.

Gracias Moreno, profesional como la copa de un pino y ejemplo en activo del amor por unos colores.

La fotografía es de Pascual, compañero de Diario de Jerez.
 

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