domingo, 12 de diciembre de 2010

Una de cal, otra de arena, una de cal...



Lo del Xerez este año, como señala el dicho, es 'pa mear y no echar gota'. ¿Cómo se explica que el Xerez le meta cuatro al Valladolid, luego no sea capaz de ganar a dos de los peores equipos de la categoría -Albacete y Ponferradina (y ante este en casa)- y luego sea capaz de golear a Las Palmas, que no había perdido un solo partido en su casa?

Estas son las cosas que, precisamente, molestan al aficionado. El Xerez da la sensación de ser como ese alumno que saca un cinco pelado cuando tiene capacidad para sacar un ocho, pero que no lo saca porque flojea a la hora de estudiar y que sólo saca buenas notas cuando ya el padre está harto de darle collejas para que espabile.

Sólo así se explica la increible irregularidad de este equipo, capaz de lo mejor y de lo peor. El aficionado va a Chapín, o se sienta delante de la tele a ver a los suyos, pero no sabe si ese día se va a encontrar al equipo bueno, al que se entrega, al que le echa ambición, o al malo, a ese que parece que se conforma con un punto o que no da tres pases con sentido.

¿Qué hubiera pasado entonces si el equipo hubiera jugado así toda la liga? Que estaría más arriba, claro. Y eso nos da coraje, muuucho coraje a los aficionados, a los que pagamos nuestro abono en verano.

En fin, que el viernes ante el Girona el partido podría ser fácil, pero está visto que tenemos las mismas opciones de empatar e incluso que de perder. Este es el Xerez que nos ha tocado esta temporada, lamentablemente. Pero bueno, como bien me dirían otros: "encima te vas a quejar..."

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