Quien tuvo, retuvo

Antonio Ramiro Pérez, Antoñito, demostró hoy que sigue teniendo arte en las venas. Se podrán decir muchas posibles razones sobre el porqué no llegó a convertirse en su día en un verdadero crack de la Primera División. Las más oídas son que es muy flojo y que le gusta mucho la juerga, verdades a medias. Habrá otros motivos, seguro, pero sin duda, arte, lo que se dice arte, tiene un montón.

Ante el Salamanca lo volvió a demostrar. Entró por un renqueante José Mari y él sólo se lo guisó y se lo comió para darle los tres puntos al Xerez. Tras el segundo gol se marcó un pase torero, como para decir, ahí estoy, aquí sigue mi arte, como el de Curro, como el de Paula cuando ya intercalaban más tardes desastrosas que gloriosas, pero siempre sacando un pase que ponía los pelos de punta al tendido.

Antoñito anunció hace un mes que su ciclo en el Xerez se había acabado y que se veía más fuera que dentro del club, que estaba convencido de que no continuaría. Puede ser, y creo que así será. El 'Romario del Polígono' no ha cuajado una buena temporada a pesar de sus últimos buenos partidos y él lo sabe. Así y todo, de bien nacido es ser agradecido, y a Antoñito hay que darle las gracias por sus goles, algunos importantísimos para el Xerez a lo largo de los últimos años.

Pase lo que pase y acabe dónde acabe, su arte, su forma de ser y su especial fútbol quedarán escritos en letras de oro en la historia del Xerez.

La foto es de Juan Carlos Toro, compañero de Diario de Jerez.