Decepción

La Real Academia Española tiene dos acepciones para la palabra decepción. Por un lado, la define como un pesar causado por un desengaño. Debo reconocer que llegaba al partido de esta mañana con cautela, sabedor del potencial del Rayo y de las bajas con las que contábamos. Sin embargo, tenía esa ilusión de que el Xerez pudiera jugar un buen partido y ganar para seguir afianzándonos en las primeras posiciones.

Es por eso que tras el pitido del árbitro, más que dolido o cabreado por encajar un gol en el minuto 90, me sentí bastante decepcionado. En los últimos días se ha hablado mucho de las similitudes en cuanto a puntos del Xerez de Esteban y el de ahora de Javi López, pero, desde luego, las semejanzas se han quedado en eso, en los puntos conseguidos, porque en cuanto a juego, no hay color.

Es por eso que comento ahora la segunda acepción de la palabra decepción: engaño. Y me pregunto. ¿Es este Xerez un engaño? Viendo cómo hemos jugado el 80% de los partidos, ¿estamos los quintos gracias a nuestro juego o gracias a acciones puntuales como jugadas a balón parado o acciones individuales de alguno de nuestros jugadores? ¿Equipos como hoy el Rayo o la semana que viene el Celta nos seguirán poniendo en nuestro verdadero sitio? ¿Verdaderamente jugamos a algo o seguimos viéndolas venir? Ahora que hasta Viqueira habla de ascenso, ¿piensa verdaderamente que Javi López está capacitado para ello?

Desde luego, de la derrota de hoy tiene buena parte el entrenador catalán del Xerez. El cambio de Óscar Díaz fue muy desafortunado y, por otra parte, no supo cortar el asedio del Rayo de los últimos minutos parando el partido con un cambio teniendo todavía oportunidad para ello. Eso, sin hablar de que el Xerez no tiró ni una vez a puerta en toda la segunda parte. Así no se ganan los partidos.

En fin, que vosotros diréis que yo sigo siendo un pesimista y que lo único que hago es criticar a este entrenador, pero, desde luego, la oportunidad que tenía el Xerez para ilusionarme verdaderamente me la ha quitado de un plumazo.

La fotografía es de Miguel Ángel González, compañero de Diario de Jerez