Una casa de locos

Cuando tendríamos que estar hablando de la honrosa derrota del Xerez ante el Barça (aunque hay que puntualizar que el equipo de Guardiola jugó andando) va y viene Carlos Osma diciendo que dimite por amenazas hacia él y su familia.

Que yo sepa, lo único que se le recriminaba a este hombre era su condición de marioneta. Estaba de presidente del Xerez como podía estar yo o tú, que lees mi blog. Carlos decía "sí buana" a todo lo que dicen tanto Monterrubio como Morales y esa era la pura realidad.

Otra cosa que me hace gracia de la dimisión de este señor es en el momento en que lo hace. Dice que llevaba tiempo meditándolo. ¿Por qué no dimitió, por ejemplo, en el 0 a 3 del Deportivo al Xerez? ¿O tras el 5 a 1 del pasado domingo? No hombre, no, que el partido en Chapín ante el Barça era muy bonito. Eso compartir mesa y mantel con Laporta, de sentarse con él en el palco... Esas son unas fotos que ahora tendrá para siempre en el salón de su casa.

Más cosas. Dice que desde la jornada tres ya se habla de que el Xerez está ya en Segunda. Pues mire usted, creo que ya estamos en la 13 y solamente tenemos 7 puntitos y cuatro goles a favor y hasta un ciego se da cuenta que con esta plantilla no vamos a hacer nada en Primera nada más que el ridículo.

Y luego viene Morales. ¡Ay! Moralín, Moralín... De nuevo, y esta vez en un programa de difusión nacional como es El Larguero (que además es el más escuchado todas las noches en España) dice que va a vender -y van...-, que como muy tarde, el miércoles que viene. Ya le da igual que las peñas le hayan dicho que sí, que están pensando seriamente en comprar su paquete accionarial (aunque esto haya sido más un vacilón de Corchado y cía.). Señor Morales, vayase lejos de aquí y, de paso, llévese también a Dos Hermanas a Ricardo García, presidente del Industrial, discípulo aventajado suyo.

Esto es el Xerez Deportivo. Esta es la triste realidad de este club, aunque Abel me diga que soy muy pesimista. Y el domingo llega el Atlético de Madrid. Ya veremos lo que haremos, aunque yo ya me lo imagino.

La foto es de Juan Carlos Toro, compañero de Diario de Jerez