Se apagó el tiki-taka

Anoche nos sorprendía de sopetón la noticia. El popular y carismático periodista Andrés Montes era encontrado muerto en su domicilio de Madrid por un familiar. Aún no se saben las causas de su muerte, a expensas de que se le practique la autopsia.

Andrés, de padre gallego y madre cubana -de ahí su tez morena- nació en 1956 y trabajó en radio para Cope, Radio Cadena Española, Antena 3 Radio y Radio Marca. En 1996 fichó por Canal Plus cuando la cadena de Prisa empezó a retransmitir la NBA. Fue entonces cuando a Andrés Montes lo empezó a conocer el público español gracias a su diferente forma de narrar los partidos de baloncesto junto a Antoni Daimiel. De hecho, puso la voz a los juegos NBA Live durante años.

Y entonces, llegó La Sexta. La nueva cadena apostaba fuerte por el deporte, se hacía con los derechos del Mundial de Japón de baloncesto y de la Liga española de fútbol y para ello fichó a Montes. En esta cadena fue cuando Andrés se hizo ya popularmente conocido en toda España gracias a sus frases ('Fútbol con fatatas','dónde están las llaves'...), sus motes (`Tiburón Puyol', 'Míster cátering', 'Capitán Narváez'...), pero, sobre todo, por una expresión para definir el juego preciosista y de toque: el 'tiki-taka', que ya todos los medios, tanto escritos como audiovisuales hicieron suyos.

Alabado por muchos y criticado por otros, sobre todo por la manera de retransmitir el fútbol -lo que a la postre le condenó para que no fuera renovado por La Sexta-, lo cierto es que si el baloncesto tiene ahora mismo el auge que tiene en España es gracias a él. Su última retransmisión en directo fue la final del Eurobasket que España le ganó a Serbia. Montes lo tenía claro desde el primer día de competición a pesar de que España comenzara palmando. "El oro no está en Moscú, está en Polonia", decía.

La verdad es que un servidor tenía ganas de que hubiera estado este año por Chapín retransmitiendo un partido de Liga y poniéndole motes a los jugadores azulinos. Solamente lo ví en directo una vez, en el Palacio de Deportes, cuando la selección de baloncesto vino a jugar un partido amistoso. Iba con su inseparable Iturriaga y vestido con su característica pajarita, sus redondeadas gafas y un peculiar sombrero estilo años 30. La cuestión es que no me atreví a saludarlo, quizás por si me respondía de mala manera, porque no quería que se me cayera el mito de tipo campechano y divertido que transmitía por televisión.

En fín, Andrés, descansa en paz. Nosotros aquí seguiremos tirando para adelante porque, como bien dijiste en muchas ocasiones, "la vida puede ser maravillosa".